martes, 28 de diciembre de 2010

Cuentos del Guadiana

Hace exactamente un año, el subsuelo del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ardía literalmente como una gigantesca barbacoa. ¿Por qué? Con el paso del tiempo y el cúmulo de materia orgánica, el humedal había generado una placa de carbón vegetal de kilómetros cuadrados que, después de secarse, comenzó a arder espontáneamente. Lo cierto es que este hecho sucede desde hace unos 30 años en zonas aledañas y muy similares a Las Tablas, pero no protegidas.

Se llama autocombustión de turba, y es uno de los mitos de mi infancia. También lo es el del Guadiana, “un río que aparece y desaparece”, y el de sus Ojos, “que se tragaban a la gente”.

Para Navidades de 2009-2010, las zonas en combustión de Las Tablas se encontraban en plena cirugía: un escenario grotesco de excavadoras, humo...