sábado, 29 de enero de 2011

Incendios con suerte e incendios sin suerte

Las Tablas de Daimiel gozan hoy de un reconocimiento casi exagerado. Mucho, normal, poco o demasiado, da igual: algo es algo, comparado con los desprecios que sufría el Guadiana hace 30, 40 o 50 años. Así que, esta vez, cuando a finales de 2009 la turba empezó a arder, en vez de quedarnos mirando cómo se convertía el humedal en una gran parrilla, los españolitos nos trajimos maquinaria y un buen montón de agua para ver si la cosa se podía salvar. No son formas, pero al menos ahora hay quien está dispuesto a morir matando. Medidas insuficientes en cualquier caso, hasta que por fin llegaron los refuerzos divinos del dios lluvia.


Las de arriba son imágenes de los restos del incendio al cabo de un mes de que comenzaran las lluvias. En este tramo, a un kilómetro de la entrada del parque

miércoles, 26 de enero de 2011

La tierra arde bajo mis pies

La autocombustión del subsuelo puede parecer un fenómeno relativamente comprensible si te lo explican especialistas como lo hacían en la entrada anterior. A mí, de niño, me parecía un bulo absurdo contado por los “carcamales” de mis tíos, padres y abuelos, que solo pretendían asustarme para que no me fuera muy lejos con la bicicleta.

Un niño no suele prestar mucha atención a los carteles. Además, “autocombustión” y “turbera” son palabras que suenan bastante raro. Pero aunque se entendieran, ¿quién fue el lelo en poner ese cartel ahí? ¿Qué iba a arder, si sólo hay tierra seca rojiza y un camino flanqueado por cardos? Nunca llegué a imaginar que muchos de los caminos por los que echaba mis carreras veraniegas

lunes, 24 de enero de 2011

Autocombustión de turba

He tratado de explicar brevemente en qué consisten estos incendios subterráneos que asolaron todo el terreno que ya dejamos a nuestras espaldas. Pero quizá no tenga sentido seguir avanzando hacia Las Tablas si no entendemos con exactitud qué es lo que estaba ocurriendo en ellas sólo unos pocos días antes de que llegara el bendito aluvión de lluvias de diciembre de 2009 y enero de 2010.

Mi versión la dejo para la próxima entrada. Hoy prefiero dejaros unos fragmentos de dos reportajes que RTVE emitió durante los días en que literalmente se aplicaba cirugía sobre el parque nacional.

viernes, 21 de enero de 2011

Zuacorta: bañistas contra braseros

Por fin llegamos al Molino de Zuacorta, hoy, un bonito hotel situado junto a la carretera de Daimiel a Villarrubia. De niño, recuerdo pasar por aquí con el coche entre una neblina de olor insoportable: turba ardiendo durante años. Ése es mi recuerdo; el de mi abuelo era el de tirarse desde el puente al agua con sus amigos.


Casi todo en esta foto fue un día agua. En primera línea, a la izquierda, se observa el encauzamiento artificial, de un tamaño verdaderamente ridículo (¿para qué más, verdad?) que cruza la carretera por un par de tubos de unos 3 m de altura. A la derecha, tras la carretera y antes del molino, se aprecia el único arco que queda del antiguo puente. Desde ése era del que mi abuelo me contaba que se tiraba al agua. Quién pudiera…

miércoles, 19 de enero de 2011

De Los Ojos a Zuacorta: el pastor

Cuentan que aquí se han cometido auténticas barbaridades. No sólo el encauzamiento, el desecado, el robo de tierras al cauce… Cuentan que, visto que después de secarla, la tierra no valía para cultivos, muchos se dedicaron a sacar toneladas y toneladas de turba de “contrabando” que se vendía a los chalés de la Sierra de Madrid. El mito está por investigar, pero parece otro caso típico del célebre colonialismo manchego…

Hemos visto turba medio quemada en el suelo. ¿Es que hoy sigue ardiendo? También una zona extrañamente arada, con restos de huellas de tractor y palas. ¿Es que aún se extrae turba? A lo lejos veo un rebaño bien grande de ovejas y me digo “ahí seguro que también hay un pastor para el millón de preguntas que me van asaltando la cabeza.”

(Por cierto, la construcción que se ve allí al fondo a la izquierda, es el molino de Zuacorta. Si te fijas...

martes, 18 de enero de 2011

De Los Ojos a Zuacorta: la huída

Si tuviera que hacer un símil de la imagen de este tramo, diría que está a medio camino entre un pasaje lunar y otro del desierto de los Westerns clásicos de Hollywood (Almería, más bien). La llegada a Los Ojos ha decepcionado -donde decían que estaba uno de los manantiales más insólitos, solo vimos cultivos y una carretera nacional-, pero adentrarse por el cauce empieza a ser una experiencia bastante más interesante.



Allí en medio (con liebres y zorros incluidos en el guión), uno tiene la sensación de estar en un terreno virgen pero...

jueves, 13 de enero de 2011

De Los Ojos a Zuacorta: presas y molinos

(Para orientarte, puedes consultar el mapa de la ruta que seguí).

Dejamos la zona de Los Ojos y ponemos rumbo hacia el oeste, dirección Las Tablas de Daimiel. Al salir del meandro de Los Ojos, el terreno se aplana, la vista se expande y se descubre el antiguo cauce, enorme, mucho más grande de lo que cabía esperar. Tan ancho, que se pierden las referencias y cuesta trabajo saber si uno va en línea recta o si zigzaguea de un lado a otro de los “presuntos” márgenes del río. Cuesta imaginarse todo esto lleno de agua.


Este tramo parece ser uno de los más “vírgenes” de todo el recorrido. No se aprecian obras de excavación del cauce y la explotación agrícola no parece muy agresiva. Sí llaman la atención una serie de muros, hoy ya en ruinas, construidos transversalmente al curso del río. Podrían tratarse de puentes, presillas, molinos…

lunes, 10 de enero de 2011

Los Ojos del Guadiana

En un terreno tan llano y extenso como el manchego, cuesta mucho encontrar referencias geográficas que indiquen por donde iba el río. El desnivel es casi inapreciable, no hay cortes en el terreno y tampoco se dibujan meandros en el suelo. Al contrario de lo que pueda parecer, llega a ser difícil mantener la orientación en un lugar tan extenso.

Vamos desde Daimiel hacia Los Ojos por una carretera (N420) que va casi en paralelo al antiguo cauce del Guadiana y miro el relieve tratando de sacar pistas que me digan por dónde iba aquel río. Con las primeras lluvias de enero de 2010 y la zona revolucionada por ver correr el río Azuer, algo me dice que tengo que ir a ver los restos de lo que un día fueron Los Ojos del Guadiana.

En las únicas curvas con las que te topas en casi 30 km de rectas, nos sueltan como en medio de la nada. Por fin, una imagen familiar para alguien que va buscando un río.


Nos cuentan que la carretera nacional pasa hoy por encima del antiguo encharcamiento...

viernes, 7 de enero de 2011

Caza cauces

Cuando uno echa a andar en búsqueda del antiguo curso del río, una de las primeras pistas que ayudan a identificarlo es el color de la tierra, que hoy todavía conserva rasgos del paso de agua. En épocas de lluvia, una tierra oscura, casi negra, ocupa las zonas más bajas antiguamente inundadas, en contraste con una tierra más clara y rojiza que se sitúa en las zonas altas y tradicionalmente secas; en verano e incluso en los inviernos más secos, el binomio se vuelve a veces gris y amarillo.


Seguimos en la zona del Sordico.

La diferencia de color suele ser fácilmente apreciable en una línea recta, casi perfecta, que divide ambos tonos. Sorprende el hecho porque esto sugiere que a lo largo de años y siglos de historia de estos ríos manchegos...

lunes, 3 de enero de 2011

Mitos y desastres. El origen de la búsqueda.

He pasado mi infancia delante del cauce del que fuera uno de los ríos más anchos de toda el país y yo de aquello no tenía ni idea. Por desgracia sólo me hice consciente hace apenas un par de años, cuando empecé a preguntar por mitos y leyendas de infancia que volvieron a mi cabeza.

¡Ten cuidado, no te salgas del camino que a tu tío se le hundió la pierna y casi se le abrasa!

El río se bebía a la gente: los ojos los chupaban, se los trabaja la tierra y ya te podías olvidar de volver a ver el cuerpo.


¿Pero de qué va todo eso? ¿Qué agua, qué río, qué fuego? Aquello es un pequeño desierto en el que resulta difícil imaginar agua. ¿Cómo puede pasar alguien por alto el humedal manchego cuando lo tiene delante de sus narices?


Estamos en la zona del Sordico, cerca de Los Ojos del Guadiana. Hará un año y medio, con todo el calor de agosto, JM señalaba hacia el campo amarillo y seco, y contaba que todo aquello que veían nuestros ojos era, hace 40 años, una enorme masa de agua flanqueada por bosques de chopos, pescadores y cangrejeros, patos y culebras, y pozos donde el agua se cogía a 3 metros de profundidad. JM apenas alcanza los 60. ¿Es posible?...

domingo, 2 de enero de 2011

Introducción a La Mancha Húmeda

Todo alrededor del Guadiana Alto o Viejo, su nacimiento y primeros pasos (lo que será objeto de estudio de este blog) es bastante confuso. El problema no está solo en que ya no corre como antes lo hacía, sino en que, cuando lo hacía, su curso era caótico, estacional, truncado, polémico… Además, su cauce ha estado tradicionalmente manipulado por el ser humano a través de canales, presillas y cauces artificiales. Existe una disputa general sobre su origen: hay quien lo considera Las Lagunas de Ruidera, y hay quien lo considera Los Ojos del Guadiana. Cualquiera de las dos versiones tiene puntos bastante discutibles. Por ahora, basta con hacer una aproximación al concepto de La Mancha Húmeda, un nombre que resultará ridículo para todo aquel que conozca esta zona árida y hostil, y que no tenga más de 40 años.

El siguiente mapa (editado por el autor) presentaría el cauce de los ríos que actualmente podrían llegar a correr en épocas de grandes lluvias (a día de hoy, el esquema casi se completaría).


Tradicionalmente, se ha considerado a La Membrilleja como el lugar donde se perdían las aguas provenientes...