lunes, 21 de febrero de 2011

La piscina de los mil tapones

Cuando los terrenos de empantanamiento se empezaron a reducir drásticamente en los años 70, se pensaron en medidas para retener el agua en Las Tablas de Daimiel. La canalización del Guadiana había llegado hasta el mismo interior del parque hacía un par de décadas, y ahora era necesario contrarrestar los destrozos haciendo obras para devolver a la corriente su velocidad natural. Así, en la década de los 80, se decidió construir la presa del Morenillo (ver mapa), que atraviesa el parque por la mitad de sur a norte. Más tarde, se construiría una nueva un poco más al sur, la de Puente Navarro (ver mapa), más corta pero de mayor altura, y con una localización más estratégica que permitió una mayor zona de empantanamiento.

Pero nada servía para mantener este reducto húmedo, mientras los pozos del Acuífero 23 seguían extrayendo cantidades enormes de agua y el cauce anterior del Guadiana había empezado a arder. Los aportes artificiales eran tan insuficientes que había que cuidarlos con un mimo extraordinario, e incluso se tuvo que taponar la entrada del Guadiana por Molemocho (ver mapa) para que las aguas del parque no entraran en el cauce seco y se perdieran “río arriba”. Es decir, para no encharcar ni un milímetro más allá de lo “estrictamente necesario”: los términos del Parque Nacional, la hipócrita cara pública del desastre, el embalse de Las Tablas de Daimiel.


Ver Las Tablas intervenidas en un mapa más grande

Pero no culpemos a la gestión del parque: se las veía y deseaba para tapar los mil agujeros que se abrían ante sus pies, como un camarero sujetando tres torres de platos entre manos y pies, y tratando a la vez de abrir una puerta. Su cometido era mantener vivo a un enfermo terminal, pero sus herramientas eran solo maquillaje.

Así que de aquella orgía de agua y suelo no queda ya nada. Esto es pornografía medioambiental. Ahora el agua se recoge de los pozos para encharcar un pedacito de este desierto amurallado, de manera que la gente pueda venir a hacerse una foto y parezca que en realidad aquí no pasa nada.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas,

llegué a tu blog desde un foro de embalses.net y he de decirte que me gusta mucho. Y además estoy bastante de acuerdo en muchas de tus opiniones y, sobre todo, en el lado oscuro de las tablas de daimiel y lo que representan (y no). Creo además que es un tema muy difícil de explicar para que se entienda bien, es decir, cómo explicar que lo ecologistas pidiesen la descatalogación de las Tablas precisamente para llamar la atención sobre un desastre ecológico de proporciones tan inmensas como el que hemos sufrido en la mancha occidental. He leído en algún foro que se puede considerar el mayor desastre medioambiental de Europa occidental... pero por otro lado, una correcta "utilización" de las Tablas para concienciar y permitir la percepción del problema puede ser fundamental, porque sin ellas...creo que sería mucho más difícil "obligar" a los gestores políticos a tomar las medidas necesarias. No sé donde estará el equilibrio entre denuncia del maquillaje y utilización como punta de lanza de medidas para la recuperación de la mancha húmeda... (si es que esto último es posible...). Pero gracias por tu blog y su "pedagogía".

Saludos desde Ciudad Real.

WordPhotoCuesT dijo...

Muchas gracias por el comentario.
Creo que haces un planteamiento muy inteligente sobre el tema del maquillaje de Las Tablas.
Yo critico la gestión medioambiental ya que solo se ha cuidado al parque mientras se ha abandonado el resto del ecosistema. Pero por otro lado, me alegro de que al menos Las Tablas hayan sobrevivido y se hayan convertido en un arma potente con la que luchar por la recuperación de la totalidad de La Mancha Húmeda.
Me alegra también mucho esto de la "pedagogía" del blog.
Gracias otra vez.