Poco antes de Argamasilla me encontré con unos agricultores (regantes) en la ribera del río. Con toda mi inocencia e ilusión, y como si estuviera buscando el arca perdida, les pregunté si sabían dónde tenía lugar aquel fenómeno insólito del gran sumidero; dónde estaba aquel lugar donde el Guadiana se perdía en la tierra.
- ¿El Guadiana?
- Sí, el Guadiana, llevo escuchando años que cuando corría se perdía por aquí. Y si este año sale agua de la presa, digo yo que por algún lado se estará perdiendo.
- Pero ¿qué Guadiana?
- Pues este, cuál va ser -les dije señalando con el dedo al único río que hay en 50 km a la redonda. ¿Es que no es este el Guadiana?
- No…
- ¡¿Y qué río es?!
- Pues “el Río”