Hace exactamente un año, el subsuelo del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ardía literalmente como una gigantesca barbacoa. ¿Por qué? Con el paso del tiempo y el cúmulo de materia orgánica, el humedal había generado una placa de carbón vegetal de kilómetros cuadrados que, después de secarse, comenzó a arder espontáneamente. Lo cierto es que este hecho sucede desde hace unos 30 años en zonas aledañas y muy similares a Las Tablas, pero no protegidas.
Se llama autocombustión de turba, y es uno de los mitos de mi infancia. También lo es el del Guadiana, “un río que aparece y desaparece”, y el de sus Ojos, “que se tragaban a la gente”.
Para Navidades de 2009-2010, las zonas en combustión de Las Tablas se encontraban en plena cirugía: un escenario grotesco de excavadoras, humo..., mangueras y millones de litros de agua, un intento penoso de mantener con vida el resquicio del humedal de La Mancha Húmeda. Y quiso el dios de las lluvias echar una mano a estos pobres ilusos.
El año 2010 ha sido (está siendo) una revolución en el devenir de este humedal. En enero, las lluvias habían apagado el fuego subterráneo. En febrero, casi todos los cauces (artificiales) de los ríos de la zona volvían a llevar agua. En marzo y abril, los ríos se atrevían a salirse del cauce impuesto por los hombres hacía media década y comenzaban a empantanar la llanura. En primavera, los que no habíamos conocido el humedal manchego, podíamos hacernos ya una pequeña idea de lo que era. Y a finales de verano, la alegría se volvió amarga, intuyendo que este invierno de lluvias había sido solo un espejismo. Pero…
Ayer, caminando por la zona que hace un año ardía he visto brotar agua del suelo, cosa que dicen ocurría hace 4 décadas. El acuífero que hacía manar agua aún está a niveles insuficientes, pero sube y sube sin parar.
En primer plano, se observa el brote de agua a día 27 de diciembre de 2010. Este es el antiguo cauce del Guadiana antes de su llegada a Las Tablas que, durante el año pasado, volvió a tener agua.
Cuentos del Guadiana pretende ser un cuaderno de bitácora de una investigación intensiva sobre el nacimiento de este río y los mitos que lo rodean. Un recorrido en el tiempo y en el espacio, en la mitología y en la realidad. También un lugar de encuentro para discutir, polemizar e intentar comprender de qué se trata y cómo sucede este ya célebre Cambio Climático. ¿Te vienes?
4 comentarios:
Ya entiendo, por un lado el acuífero de la Mancha Occidental (acuífero 23) ahora es surgente, y por otro hemos salido de la crisis. Desgraciadamente es 28 de diciembre...
Jorge Jódar
Jejej... ¡Genial comentario, Jorge!
Lo cierto es que estos brotes de los que se habla no son auténticos manantiales.
A mi modo de ver, lo que ocurre es que el puente del Molino de Griñón hace de presa y no deja pasar el agua que trae el Azuer por la superficie, con lo que ésta se cuela por debajo de la tierra y sale por el otro lado.
Por desgracia, y como bien sugieres, los niveles del acuífero están muy lejos de lo que a todos nos gustaría. Casi tanto como el final de la crisis.
Gracias por tu aportación.
Después de escrito el artículo, descubrí este informe de la CHG. Una explicación mucho más apropiada para los que tengan interés:
http://www.chguadiana.es/corps/chguadiana/data/resources/file/informacion_interes/informe_Final_Daimiel_Molino_Grinon-Nuevos-ojos.pdf
Muy interesante! Los resultados del informe ponen de manifiesto cómo el actualmente río recarga al acuífero. Esto es debido a que el nivel freático regional en la zona del parque todavía está por debajo de lo deseable para poder recuperar el humedal que fue otrora.
Saludos cordiales
Jorge Jódar
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