lunes, 10 de enero de 2011

Los Ojos del Guadiana

En un terreno tan llano y extenso como el manchego, cuesta mucho encontrar referencias geográficas que indiquen por donde iba el río. El desnivel es casi inapreciable, no hay cortes en el terreno y tampoco se dibujan meandros en el suelo. Al contrario de lo que pueda parecer, llega a ser difícil mantener la orientación en un lugar tan extenso.

Vamos desde Daimiel hacia Los Ojos por una carretera (N420) que va casi en paralelo al antiguo cauce del Guadiana y miro el relieve tratando de sacar pistas que me digan por dónde iba aquel río. Con las primeras lluvias de enero de 2010 y la zona revolucionada por ver correr el río Azuer, algo me dice que tengo que ir a ver los restos de lo que un día fueron Los Ojos del Guadiana.

En las únicas curvas con las que te topas en casi 30 km de rectas, nos sueltan como en medio de la nada. Por fin, una imagen familiar para alguien que va buscando un río.


Nos cuentan que la carretera nacional pasa hoy por encima del antiguo encharcamiento... La escena se vuelve cómica cuando uno advierte que hay un letrero bien bonito que indica que se está pasando por Los Ojos de Guadiana.

Y ahora toca buscar. El meandro de la foto ayuda a entender cuál era la dirección del agua; también sugiere que brotaba bien fuerte y que tenía altura. Y formas extrañas del terreno aparecen por todas partes.


El terreno ayuda para que por fin se empiece a formar en mi cabeza una imagen del aspecto y la importancia de estos manantiales. Me viene a la cabeza el recuerdo de la célebre fotografía del antes y el después de Los Ojos y todo empieza a encajar.

El terreno está seco y compacto. Allá vamos.
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