Dicen que esto pasa porque el subsuelo poroso, después de pasar un tiempo seco, se derrumba de formas extrañas cuando el agua lo vuelve a humedecer. Suena más misterioso decir que el antiguo cauce se queja y derrumba en un intento de volver a ser lo que fue: un río que campaba a sus anchas. Pero parece que no lo consigue.
La foto de arriba está hecha en el mismo lugar en el que se hicieron las fotografías del artículo sobre la llegada del agua al hundimiento del 96', desde el puente de El Nuevo. La primera vez que estuve aquí, la ilusión era que el río llenara ese cauce estrecho y casi ridículo. Ahora, con el "cauce" casi lleno, la vista se ensancha y empieza a tomar fuerza la palabra "canal" en mi cabeza. También ayuda que una voz experta me dice que toda esa agua que ahora va en el encauzado antes correteaba libre en un ancho enormeque aún hoy se puede intuir en el terreno (por la izquierda, quizá su límite fuera el camino de tierra; por la derecha el objetivo ni alcanza a ver el otro límite del río).
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