Poco antes de Argamasilla me encontré con unos agricultores (regantes) en la ribera del río. Con toda mi inocencia e ilusión, y como si estuviera buscando el arca perdida, les pregunté si sabían dónde tenía lugar aquel fenómeno insólito del gran sumidero; dónde estaba aquel lugar donde el Guadiana se perdía en la tierra.
- ¿El Guadiana?
- Sí, el Guadiana, llevo escuchando años que cuando corría se perdía por aquí. Y si este año sale agua de la presa, digo yo que por algún lado se estará perdiendo.
- Pero ¿qué Guadiana?
- Pues este, cuál va ser -les dije señalando con el dedo al único río que hay en 50 km a la redonda. ¿Es que no es este el Guadiana?
- No…
- ¡¿Y qué río es?!
- Pues “el Río”
domingo, 10 de abril de 2011
domingo, 27 de marzo de 2011
Regantes de Peñarroya
Me las prometía gloriosas al ver tanta agua bajar desde la presa: hoy no se me escapa el dichoso sumidero del Guadiana. Había oído que el río se perdía en un lugar llamado La Membrilleja, un antigo molino que está un par de kilómetros de Argamasilla río arriba, y hacia allí me iba, sin perder de vista ni un segundo el azul, temiendo que en cualquier momento pudiera desaparecer. De camino ya llegaron sorpresas: una gigantesta red de acequias de riego que se extiende en medio de una de las zonas más secas de España.
Cabrea y mucho ver semejante infraestructura cuando uno anda buscando el río “que le robaron”: mi Guadiana, ese al que escribo y mitifico, se lo quedan para ellos solos unos cuantos campos de cultivo miserables. Y fastidian especialmente esos carteles y grabados que pregonan orgullosos “Confederación Hidrográfica del Guadiana”
Cabrea y mucho ver semejante infraestructura cuando uno anda buscando el río “que le robaron”: mi Guadiana, ese al que escribo y mitifico, se lo quedan para ellos solos unos cuantos campos de cultivo miserables. Y fastidian especialmente esos carteles y grabados que pregonan orgullosos “Confederación Hidrográfica del Guadiana”
jueves, 17 de marzo de 2011
Ruidera: coge el río y no lo sueltes
Durante muchos años, he oído que las Lagunas de Ruidera son el nacimiento original del río Guadiana. Uno, claro, se cree lo que le dicen. Tras Las Lagunas, el agua bajaba hasta Argamasilla de Alba y se perdía bajo la tierra y aparecía varios kilómetros al oeste en Los Ojos del Guadiana bla, bla, blabla… (El discurso ya cansa). También que fue la presa de Peñarroya la causante de todos los males que hoy afligen a La Mancha Húmeda.
Hoy, en febrero de 2010, dicen que Peñarroya suelta agua sin parar. Me imagino, entonces, que de una vez por todas podré ver aquél fenómeno espectacular en el que la tierra se trague toda esa agua
Hoy, en febrero de 2010, dicen que Peñarroya suelta agua sin parar. Me imagino, entonces, que de una vez por todas podré ver aquél fenómeno espectacular en el que la tierra se trague toda esa agua
domingo, 6 de marzo de 2011
Un baño en Ruidera
Recuerdo de Las Lagunas en el verano de 2006:
Aunque el agua era poca, el azul intenso y el calor de julio llamaban a un baño. Hubo que pegar algunos saltos temerarios hasta bajar a la orilla de esta playa accidental. La laguna estaba cristalina, el agua apenas se movía y no había ni un solo ruido; si mirabas hacia el cielo, encajonado entre las rocas, bien podías decir que habías llegado al fin del mundo. Menudo baño que esperaba.
El fallo fue pisar, aunque por muy poco, la orilla antes de pegar un salto al agua. El pie se me hundió 30 centímetros en la arcilla empapada, el salto lo fue solo a medias y cuando me quise poner de pie
Aunque el agua era poca, el azul intenso y el calor de julio llamaban a un baño. Hubo que pegar algunos saltos temerarios hasta bajar a la orilla de esta playa accidental. La laguna estaba cristalina, el agua apenas se movía y no había ni un solo ruido; si mirabas hacia el cielo, encajonado entre las rocas, bien podías decir que habías llegado al fin del mundo. Menudo baño que esperaba.
El fallo fue pisar, aunque por muy poco, la orilla antes de pegar un salto al agua. El pie se me hundió 30 centímetros en la arcilla empapada, el salto lo fue solo a medias y cuando me quise poner de pie
jueves, 3 de marzo de 2011
Ruidera antes y después
Las Lagunas de Ruidera son la frontera límite de lo que compete a este viaje mitológico Guadiana arriba: su supuesto nacimiento. Los recuerdos que conservo de este paraíso me dicen que merecerá la pena la visita en este año de lluvias. Se trata de otro oasis manchego de aguas cristalinas (aunque esté en un lugar más verosímil: entre elevaciones del terreno) donde el agua también se cuela por todos los rincones, se filtra y llena cada una de las pozas enormes que conforma el Parque Natural.
Conservo fotografías de mi último paso por allí durante el verano de 2006. En comparación con las de finales de este enero de 2010, queda claro que han sufrido mucho las grandes sequías de los ’90 y 2000.
Aunque no lo creas, ambas fotos pertenecen al mismo lugar. De niño recuerdo tirarme desde estas rocas al agua y
Conservo fotografías de mi último paso por allí durante el verano de 2006. En comparación con las de finales de este enero de 2010, queda claro que han sufrido mucho las grandes sequías de los ’90 y 2000.
martes, 1 de marzo de 2011
¿Opinas? Febrero de 2011
A lo largo del segundo mes de vida del blog, los lectores habéis participado en un pequeño sondeo de opinión en el que se cuestionaba si… ¿Crees que se puede lograr un uso sostenible del Acuífero 23 (uno que permitiera, por ejemplo, ver brotar agua en los rebosaderos tradicionales) sin que para ello sea necesario abandonar cultivos y, así, los niveles de producción de la zona?. Las respuestas se han distribuido de la siguiente manera:
- Por supuesto ha obtenido un 8% de los votos
- Es bastante difícil ha obtenido un 23% de los votos
- Totalmente imposible ha obtenido un 5% de los votos
- Habría que replantear los usos de nuevo ha obtenido un 61% de los votos
- Por supuesto ha obtenido un 8% de los votos
- Es bastante difícil ha obtenido un 23% de los votos
- Totalmente imposible ha obtenido un 5% de los votos
- Habría que replantear los usos de nuevo ha obtenido un 61% de los votos
miércoles, 23 de febrero de 2011
A Ruidera y vuelta a empezar
Caminando desde Los Ojos del Guadiana hasta las Tablas de Daimiel, han caído algunos de aquellos mitos de gigantes y dragones; otros se han hecho aún más grandes. He empezado a entender qué era eso del suelo en llamas, de fincas enteras tragadas por la tierra, de ríos que iban en contra dirección… He podido vislumbrar el tamaño imponente de aquel Guadiana y el modo en que éste jugueteaba con el terreno. Pero siguen faltando datos.
¿Qué es lo que ha pasado con el agua? ¿Por qué llega en superficie y no aparece también por Los Ojos? ¿Qué lo impide? ¿Podrá volver a brotar? ¿Qué hay de cierto de aquel río subterráneo que corría kilómetros bajo el campo de San Juan?
¿Qué es lo que ha pasado con el agua? ¿Por qué llega en superficie y no aparece también por Los Ojos? ¿Qué lo impide? ¿Podrá volver a brotar? ¿Qué hay de cierto de aquel río subterráneo que corría kilómetros bajo el campo de San Juan?
lunes, 21 de febrero de 2011
La piscina de los mil tapones
Cuando los terrenos de empantanamiento se empezaron a reducir drásticamente en los años 70, se pensaron en medidas para retener el agua en Las Tablas de Daimiel. La canalización del Guadiana había llegado hasta el mismo interior del parque hacía un par de décadas, y ahora era necesario contrarrestar los destrozos haciendo obras para devolver a la corriente su velocidad natural. Así, en la década de los 80, se decidió construir la presa del Morenillo (ver mapa), que atraviesa el parque por la mitad de sur a norte. Más tarde, se construiría una nueva un poco más al sur, la de Puente Navarro (ver mapa), más corta pero de mayor altura, y con una localización más estratégica que permitió una mayor zona de empantanamiento.
Pero nada servía para mantener este reducto húmedo, mientras los pozos del Acuífero 23 seguían extrayendo cantidades enormes de agua y el cauce anterior del Guadiana había empezado a arder. Los aportes artificiales eran tan insuficientes que había que cuidarlos con un mimo extraordinario, e incluso se tuvo que taponar la entrada del Guadiana por Molemocho (ver mapa) para que las aguas del parque
Pero nada servía para mantener este reducto húmedo, mientras los pozos del Acuífero 23 seguían extrayendo cantidades enormes de agua y el cauce anterior del Guadiana había empezado a arder. Los aportes artificiales eran tan insuficientes que había que cuidarlos con un mimo extraordinario, e incluso se tuvo que taponar la entrada del Guadiana por Molemocho (ver mapa) para que las aguas del parque
jueves, 17 de febrero de 2011
La patraña de Las Tablas de Daimiel
En los últimos años, el gobierno ha comprado bastantes finchas de regadío aledañas al parque. Sí, hasta el mismísimo límite donde se encuentran los carteles de Parque Nacional, uno encontrará cultivos o restos de ellos (como los encontrará en casi toda la extensión manchega); apenas se conserva un viejo encinar.
Por lo visto, la idea de la adquisición de fincas era limitar el consumo de agua en la zona para proteger el parque; en realidad se estaban comprando los derechos del agua. Vaya maneras…
miércoles, 16 de febrero de 2011
El Guadiana desafía la gravedad
Con la última gran crecida del ‘97, la gente decía que ¡el río corre hacia arriba! Era la última de las historias que contaban estos exaltados alimentadores de mitos a los que les debo tanto. Un nuevo poder sobrenatural que atribuir al Guadiana. Otra leyenda con la que jugar un rato en Cuentos del Guadiana, que se explica con circunstancias simples y reveladoras: un terreno extremadamente llano y unas Tablas de Daimiel totalmente intervenidas por la Confederación Hidrográfica.
La de arriba es una foto a la entrada del Guadiana al Parque Nacional por el molino de Molemocho. Si te fijas, a la derecha del puente (la llegada del río al parque) no hay agua, pero a la izquierda de éste (ya el parque) se ve una zona azulada que revela bastante terreno
La de arriba es una foto a la entrada del Guadiana al Parque Nacional por el molino de Molemocho. Si te fijas, a la derecha del puente (la llegada del río al parque) no hay agua, pero a la izquierda de éste (ya el parque) se ve una zona azulada que revela bastante terreno
domingo, 13 de febrero de 2011
La Mancha Húmeda: orgía de aguas
Habiendo visto el modo en que se expande el agua por estas tierras, despacio, empantanando todo lo que encuentra a su paso, hundiéndose por un lado, brotando a los pocos metros… habiendo intuido unos márgenes tradicionales del río mucho mayores que los que se le pretenden asignar hoy día… me empieza a asaltar una idea en la cabeza: a esta agua se le está metiendo una prisa que no puede asimilar.
Lo que quiero decir es que este “río”, en lo poco que se deja de ver estos días, ha demostrado que no es el clásico torrente de agua constante y bien encauzada. Unas veces sale, otras se esconde, unas empantana y otras se filtra…
jueves, 10 de febrero de 2011
Que viene y va
Las primeras grandes crecidas del 2010 revelan el carácter de este río: lento, escurridizo, irregular. Gana metros no tanto por la fuerza de la gravedad, como por la presión que hace el agua que viene por detrás, y no puede avanzar un centímetros hasta que ha inundado todos los huecos que tiene tras de sí. Eso, claro, después de haber saciado a los distintos sumideros dispuestos a tragarse toda su corriente.
Seguimos por la zona del El Nuevo, donde las aguas han vuelto provisionalmente a su cauce (a su canal, en realidad). Después de empantanar zonas que hoy día NO se prevén de inundación pero que pertenecían al cauce del río 50 años atrás, las aguas se han filtrado o evaporado y han dejado
Seguimos por la zona del El Nuevo, donde las aguas han vuelto provisionalmente a su cauce (a su canal, en realidad). Después de empantanar zonas que hoy día NO se prevén de inundación pero que pertenecían al cauce del río 50 años atrás, las aguas se han filtrado o evaporado y han dejado
lunes, 7 de febrero de 2011
Hundimientos y no tantos
Cuando baja la marea, el agua ha dejado el terreno tras de sí hecho polvo. Estamos a finales de enero de 2010 y un montón de derrumbamientos circulares a los que asusta acercarse se descubren después de un mes de lluvia y empuje del Azuer. El mito también se descubre: viendo esto me vienen a la cabeza recuerdos de infancia que decían que la tierra se ha tragado la finca entera de un tío. Parece más bien que la finca (ver hundimientos 2010 ) del tipo en cuestión andaba algo fuera de lugar…
Dicen que esto pasa porque el subsuelo poroso, después de pasar un tiempo seco, se derrumba de formas extrañas cuando el agua
Dicen que esto pasa porque el subsuelo poroso, después de pasar un tiempo seco, se derrumba de formas extrañas cuando el agua
viernes, 4 de febrero de 2011
Los mitos del Guadiana un día más con vida
Lo malo de idealizar algo demasiado en la cabeza es que la luego la realidad se puede volver decepcionante. Lo bueno del Guadiana es que parece que siempre tuviera una sorpresa en la chistera con la que agrandar su mito.
Con la llegada de las aguas del Azuer al viejo cauce los mitos cobran vida. Es cierto que no he visto fincas enteras tragadas por la tierra, ni “ojos” devoradores de familias de pescadores, ni tampoco agujeros que acababan en el infierno, pero el "cauce" ha empezado a tomar formas inverosímiles y esto se pone cada vez más interesante.
Con la llegada de las aguas del Azuer al viejo cauce los mitos cobran vida. Es cierto que no he visto fincas enteras tragadas por la tierra, ni “ojos” devoradores de familias de pescadores, ni tampoco agujeros que acababan en el infierno, pero el "cauce" ha empezado a tomar formas inverosímiles y esto se pone cada vez más interesante.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Llega el agua: expectación
Para el Año Nuevo de 2010, la ilusión por la llegada del agua era contagiosa. Cuando empezaron a aparecer noticias de que el Azuer y el Cigüela iban cargados hacia Las Tablas, nadie hablaba de otra cosa. Cada metro que avanzaba el agua era la comidilla de los pueblos y en cada puente que cruzaba, esperaban ansiosos un montón de espectadores.
Estamos en un antiguo sumidero que se formó durante las lluvias del ’96 (las últimas gracias a las cuales recuerdo haber visto agua en el Azuer), junto al puente del El Nuevo, un par de kilómetros después de la desembocadura del Azuer en el Guadiana. Aquí se filtró mucha agua durante aquella época y hoy se espera
Estamos en un antiguo sumidero que se formó durante las lluvias del ’96 (las últimas gracias a las cuales recuerdo haber visto agua en el Azuer), junto al puente del El Nuevo, un par de kilómetros después de la desembocadura del Azuer en el Guadiana. Aquí se filtró mucha agua durante aquella época y hoy se espera
martes, 1 de febrero de 2011
¿Opinas? Enero de 2011
A lo largo del primer mes de vida del blog, ha habido abierta una encuesta a cerca de la interpretación de los medios a cerca del clima y sus fluctuaciones. A la pregunta “¿Nos pasamos con el rollo del cambio climático?”, la frecuencia de las respuestas se ha distribuido de la siguiente forma:
- “Para nada, estamos al borde de una desgracia como no cambien radicalmente las cosas”, ha obtenido un 66% de los votos;
- “Un poco”, ha obtenido un 26% de los votos;
- “Totalmente, ha sido pura especulación”, ha obtenido un 6% de los votos.
En el tema que nos ocupa, parece bastante evidente que la acción del hombre ha jugado un papel fundamental en los profundos cambios medioambientales sufridos en La Mancha Húmeda en los últimos 60 años. Lo que no queda tan claro es que, a pesar de las épocas de grandes sequía sufridas durante este periodo, sean éstas las causantes principales o definitivas de la desecación de los ríos de la zona.
¿Será posible recuperar las zonas húmedas haciendo un uso razonable de los recursos que se nos ofrecen? ¿Ese uso razonable podría llegar a exigir el abandono de gran parte del territorio? ¿Sería esa una actitud positiva y constructiva?
Invito a los lectores del blog a polemizar sobre el tema en los comentarios a ese artículo o allá donde quieran. Quizá con las cuestiones planteadas, surja una nueva encuesta para el próximo mes.
Saludos, y gracias por las respuestas.
_
- “Para nada, estamos al borde de una desgracia como no cambien radicalmente las cosas”, ha obtenido un 66% de los votos;
- “Un poco”, ha obtenido un 26% de los votos;
- “Totalmente, ha sido pura especulación”, ha obtenido un 6% de los votos.
En el tema que nos ocupa, parece bastante evidente que la acción del hombre ha jugado un papel fundamental en los profundos cambios medioambientales sufridos en La Mancha Húmeda en los últimos 60 años. Lo que no queda tan claro es que, a pesar de las épocas de grandes sequía sufridas durante este periodo, sean éstas las causantes principales o definitivas de la desecación de los ríos de la zona.
¿Será posible recuperar las zonas húmedas haciendo un uso razonable de los recursos que se nos ofrecen? ¿Ese uso razonable podría llegar a exigir el abandono de gran parte del territorio? ¿Sería esa una actitud positiva y constructiva?
Invito a los lectores del blog a polemizar sobre el tema en los comentarios a ese artículo o allá donde quieran. Quizá con las cuestiones planteadas, surja una nueva encuesta para el próximo mes.
Saludos, y gracias por las respuestas.
_
sábado, 29 de enero de 2011
Incendios con suerte e incendios sin suerte
Las Tablas de Daimiel gozan hoy de un reconocimiento casi exagerado. Mucho, normal, poco o demasiado, da igual: algo es algo, comparado con los desprecios que sufría el Guadiana hace 30, 40 o 50 años. Así que, esta vez, cuando a finales de 2009 la turba empezó a arder, en vez de quedarnos mirando cómo se convertía el humedal en una gran parrilla, los españolitos nos trajimos maquinaria y un buen montón de agua para ver si la cosa se podía salvar. No son formas, pero al menos ahora hay quien está dispuesto a morir matando. Medidas insuficientes en cualquier caso, hasta que por fin llegaron los refuerzos divinos del dios lluvia.
Las de arriba son imágenes de los restos del incendio al cabo de un mes de que comenzaran las lluvias. En este tramo, a un kilómetro de la entrada del parque
Las de arriba son imágenes de los restos del incendio al cabo de un mes de que comenzaran las lluvias. En este tramo, a un kilómetro de la entrada del parque
miércoles, 26 de enero de 2011
La tierra arde bajo mis pies
La autocombustión del subsuelo puede parecer un fenómeno relativamente comprensible si te lo explican especialistas como lo hacían en la entrada anterior. A mí, de niño, me parecía un bulo absurdo contado por los “carcamales” de mis tíos, padres y abuelos, que solo pretendían asustarme para que no me fuera muy lejos con la bicicleta.
Un niño no suele prestar mucha atención a los carteles. Además, “autocombustión” y “turbera” son palabras que suenan bastante raro. Pero aunque se entendieran, ¿quién fue el lelo en poner ese cartel ahí? ¿Qué iba a arder, si sólo hay tierra seca rojiza y un camino flanqueado por cardos? Nunca llegué a imaginar que muchos de los caminos por los que echaba mis carreras veraniegas
Un niño no suele prestar mucha atención a los carteles. Además, “autocombustión” y “turbera” son palabras que suenan bastante raro. Pero aunque se entendieran, ¿quién fue el lelo en poner ese cartel ahí? ¿Qué iba a arder, si sólo hay tierra seca rojiza y un camino flanqueado por cardos? Nunca llegué a imaginar que muchos de los caminos por los que echaba mis carreras veraniegas
lunes, 24 de enero de 2011
Autocombustión de turba
He tratado de explicar brevemente en qué consisten estos incendios subterráneos que asolaron todo el terreno que ya dejamos a nuestras espaldas. Pero quizá no tenga sentido seguir avanzando hacia Las Tablas si no entendemos con exactitud qué es lo que estaba ocurriendo en ellas sólo unos pocos días antes de que llegara el bendito aluvión de lluvias de diciembre de 2009 y enero de 2010.
Mi versión la dejo para la próxima entrada. Hoy prefiero dejaros unos fragmentos de dos reportajes que RTVE emitió durante los días en que literalmente se aplicaba cirugía sobre el parque nacional.
Mi versión la dejo para la próxima entrada. Hoy prefiero dejaros unos fragmentos de dos reportajes que RTVE emitió durante los días en que literalmente se aplicaba cirugía sobre el parque nacional.
viernes, 21 de enero de 2011
Zuacorta: bañistas contra braseros
Por fin llegamos al Molino de Zuacorta, hoy, un bonito hotel situado junto a la carretera de Daimiel a Villarrubia. De niño, recuerdo pasar por aquí con el coche entre una neblina de olor insoportable: turba ardiendo durante años. Ése es mi recuerdo; el de mi abuelo era el de tirarse desde el puente al agua con sus amigos.
Casi todo en esta foto fue un día agua. En primera línea, a la izquierda, se observa el encauzamiento artificial, de un tamaño verdaderamente ridículo (¿para qué más, verdad?) que cruza la carretera por un par de tubos de unos 3 m de altura. A la derecha, tras la carretera y antes del molino, se aprecia el único arco que queda del antiguo puente. Desde ése era del que mi abuelo me contaba que se tiraba al agua. Quién pudiera…
Casi todo en esta foto fue un día agua. En primera línea, a la izquierda, se observa el encauzamiento artificial, de un tamaño verdaderamente ridículo (¿para qué más, verdad?) que cruza la carretera por un par de tubos de unos 3 m de altura. A la derecha, tras la carretera y antes del molino, se aprecia el único arco que queda del antiguo puente. Desde ése era del que mi abuelo me contaba que se tiraba al agua. Quién pudiera…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)